Salud de la mujer

Salud de la mujer

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son, después de las del aparato respiratorio, las más frecuentes en la práctica clínica diaria. Actualmente, se consideran ITU no complicadas aquellas que afectan a individuos con un tracto urinario estructuralmente normal y cuyos mecanismos de defensa se encuentran intactos.

La incidencia de ITU varía fundamentalmente con la edad y sexo del paciente. Más del 50% de las mujeres presentarán, al menos, un episodio de estas infecciones en su vida. Aproximadamente, un tercio de las mujeres afectadas por infección del tracto urinario presentarán recurrencias (2 o más infecciones en 6 meses, o 3 o más infecciones en un año). Además de la edad y sexo existen una serie de factores que incrementan la posibilidad de aparición de Infecciones urinarias como son la actividad sexual ( sobre todo en mujeres jóvenes), la alteración de la microbiota vaginal (en mujeres de cualquier edad), utilización de espermicidas y diafragmas, anticonceptivos orales, utilización de antibióticos, sondaje vesical, etc.

Cistitis: Infección del tracto urinario más frecuente en la mujer

Dentro de las infecciones del tracto urinario no complicadas la más frecuente en la mujer es la cistitis, aproximadamente el 80% (llega al 90% según algunos autores). El término cistitis hace referencia a la inflamación de la vejiga urinaria, habitualmente de causa infecciosa. Cursa con síntomas como aumento de la frecuencia de orinar e ir muchas veces (polaquiuria, la sensación repentina de tener que orinar urgentemente (urgencia), el dolor-escozor al orinar (disuria), la incontinencia, y el dolor en la zona del pubis. Sin embargo, no es frecuente que haya fiebre. La orina pierde su color claro y se puede volver maloliente y sanguinolenta.

La Medicina Biorreguladora cuenta con un probiótico que, junto a otros componentes, es eficaz:

  • Como preventivo en situaciones de susceptibilidad a las infecciones del tracto urinario y las infecciones urinarias recurrentes.
  • Como coadyuvante del tratamiento antibiótico o antifúngico en infecciones genito-urinarias.
  • En el mantenimiento de la salud vaginal y de las vías urinarias, al contribuir al equilibrio de la microbiota vaginal residente.